Yoly García Rodríguez
Soy Sorda de nacimiento, la comunicación no ha sido fácil en muchas etapas de la vida. La mayoría de mi familia es oyente por lo que la lengua de signos no siempre era la lengua vehicular para la comunicación. Por ello desde muy temprana edad usaba mis dibujos para comunicarme, también para evadirme de la incomunicación en muchas ocasiones.
¿A qué edad comencé a dibujar?
Debe ser algo tan innato que no recuerdo no puedo estar sin dibujar ni un solo día, son muchas las veces que estoy descansando, siento necesidad de mis pensamientos, ideas, proyectos plasmarlos en imágenes sobre papel o sobre el soporte digital.
La lengua de signos es mi lengua materna, una lengua llena de plasticidad, cuando se usa parece que se dibuja en el aire, algo precioso comunicar, poder hacer llegar todo lo que sentimos, necesitamos, aprendemos, trabajamos, etc.
Dos de los pilares básicos de mi vida son la lengua de signos y el dibujo, para hacerlo todo con mayor luz, utilizo colores, cada uno es una emoción, una luz, una sombra y todo junto mi vida, con ellos puedo ilustrar cada segundo, cada momento, todo con sus proporciones correspondientes para que todo encaje.
Miriam Aller Álvarez
Soy oyente, la comunicación algo que me encanta. Desde muy pequeña cuando hablaba movía las manos mucho, tanto que a veces me decían que bailaba con las manos al hablar.
A la edad de cuatro años a mis manos llegó un diccionario de lengua española, al abrirlo para ojearlo a modo libro, una imagen, sobre ella mis ojos se quedaron prendidos, en aquel momento para mi eran manos de maneras distintas, fui corriendo a junto mi madre y le dije “mamá, yo de mayor quiero trabajar con esto” mi madre sonrió. Los años pasaban, yo fui cumpliendo años, la imagen seguía en mi retina, siempre con la curiosidad hasta que por fin pude formarme como intérprete de lengua de signos, trabajo que día a día llevo a cabo con ilusión, con mucha motivación y donde el trabajo es algo tan bonito que cada día me motiva más. Mi vida sin la lengua de signos no sería igual, porque aunque no es mi lengua materna es la lengua que llenó de vida, porque lo que de niña era un sueño hoy es una realidad, gracias a la lengua de signos puedo decir que los sueños si se persiguen se consiguen.